Al principio pensé que algo me había sentado mal. Pero lo sabia: no era nada físico.
¿Preocupaciones?. Ninguna realmente importante.
Entonces, ¿que ocurria?, ¿a que se debia esa especie de nausea que se había instalado en mi?. Intuía la respuesta pero la evitaba, no podía ser tan predecible. O si...
Todos conocemos la historia: Heath Ledger murió dos meses después de haber acabado el rodaje. La película ha batido records de taquilla en todo el mundo. Hablan de que está maldita y dicen tener sus motivos: Ledger (muerto por sobredosis), Morgan Freeman (tuvo un grave accidente de coche), Cristian Bale (acusado de maltratar a su madre y su hermana) todo casualidades muy bienvenidas por que mientras tanto la gente acude en tropel a ver Dark Knight.
Leo comics desde niño. Recuerdo un nº 1 de daredevil sin portada y amarilleado por el sol que dió tumbos durante meses por el coche de mi padre. Lo ojeaba una y otra vez, lo habre leido cientos de veces. No fue el único: Los 4 F, Alpha Flight, Spiderman, superman y un largo etcétera sucumbieron a mis ojos. En esa lista tambien estaba Batman.
Christopher Nolan es un director brillante. Memento e Insomnia son ejemplo suficiente de ello. Le ofrecieron dirigir Batman y dijo si, pero con sus condiciones. De ese modo nacio Batman Begins la mas fiel adaptación del personaje que se habia hecho hasta ahora. Adios a Tim Burton y su Michael Keaton, hasta la vista a Joel Schumacher y sus horteradas multicolores.
Pero Batman Beguins tenía fallos. Un guión un tanto confuso, excesivo metraje y arritmias en la narración desdibujaban un poco el resultado final. Dark Knight no.
Por fin lo admití. No era la comida. No eran preocupaciones. No era nada fuera de esa sala. La inquietud que sentia manaba de la pantalla. De esta película y del halo que desprende. Primero está ese tipo que lo magnetiza todo. No podías dejar de mirarle. Una fuerza de la naturaleza. Un ser esencial sin pasado, nacido para y por el caos. Sin reglas. Con capacidad infinita para la destrucción. El joker.
Del mismo Joker, se desprende como un fruto maduro el otro villano de la función. En el momento justo con su cara destrozada, el abogado, Harvey Dent, un ideal de justicia, un hombre integro dispuesto a todo por hacer lo que debe hacerse, obsesionado por el azar, transformado en lo que odia. Dos caras.
A partir de estos dos personajes y de lo que ha de hacer el heroe para atraparlos se construye la película. Un toma y daca típico. Predecible y sin objeciones. Entretenido. Con un reparto coral que rellena de carne sus personajes; Michael Caine, Morgan Freeman, Gary Oldman, Aaron Eckhart, Christian Bale, son garantía suficiente. Pero en esta película hay algo más. Algo que se te pega cuando sales del cine. Un malestar, una nausea, ¿el horror?. Nadie, hasta ahora, se había acercado tanto en la recreación de un personaje de un comic. Olvidense de Heath Ledger y su muerte. No tiene que ver con eso. No hay un actor tras el maquillaje, solo esta el joker.
Cuando pensemos en el joker ahora le pondremos una cara. Maquillaje blanco descascarillado, cicatrices prolongando la sonrisa, el carmin rojo corrido, la risa histerica, los ojos vacios de sentimientos....
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